Una de las atracciones más populares de China se encuentra en la isla de Hainan. El Centro de Budismo de Nanshan, ubicado cerca de la ciudad de Sanya, es un famoso complejo turístico. En su territorio se ha restaurado un antiguo templo y se ha diseñado un parque paisajístico que brinda paz y armonía a los visitantes.
Templo Nanshan
Un lugar sagrado para todos los budistas está dedicado a Guanyin, la diosa más venerada. Una antigua leyenda se ha transmitido de generación en generación, según la cual un pequeño barco naufragó una vez en este lugar y 12 monjes que escaparon milagrosamente construyeron un templo aquí como muestra de gratitud.
Nanshan Buddhism Center es un enorme complejo rodeado de un parque verde, ubicado en un territorio de 50 kilómetros cuadrados. Para comodidad de los turistas, abracoches eléctricos que paran en cada atracción. Los boletos de transporte son válidos durante todo el día y los visitantes pueden subir y bajar a su conveniencia, lo que facilita moverse por el complejo gigante en el calor sofocante.
Puerta de la Iluminación
La entrada al Centro Budista de Nanshan, cuyas fotografías transmiten su belleza exótica, es a través de la Puerta del Cielo. Están decorados con dos jeroglíficos inscritos por el calígrafo más antiguo del país, que representan dos conceptos importantes: la unidad y la no dualidad. Según la filosofía budista, para alcanzar la iluminación, uno debe atravesar esta puerta. También está el llamado gong de la felicidad, que todos los visitantes que hacen fila golpean tres veces, llamando a la buena suerte, la riqueza y la prosperidad.
Parque de la Liberación Misericordiosa
Caminando por el pintoresco parque, llamado la Liberación Misericordiosa, se puede llegar al Valle de la Longevidad a través del callejón dedicado a los centenarios de la península. Se atan cintas rojas con jeroglíficos dorados en todas partes: deseos de amor, felicidad y otras bendiciones. Especialmente para los turistas de Rusia, hay carteles con traducciones en los puntos que venden jirones de tela. Todos los invitados que visitan el Centro Budista de Nanshan atan cintas a estatuas o árboles y nadie se las quita. Se cree que los dioses siempre cumplen sus preciados deseos.
Construido en el estilo chino clásico, el parque con matorrales de bambú y bonitos cenadores se asemeja a un paraíso donde es muy agradable meditar y relajarse del bullicio de la ciudad.
Callejón de los centenarios
En el pintoresco callejón hay puestos con fotografías de personas que han llegado a la edad de 100 años, así como extractos de entrevistas con ellos. Todos podrán aprender sus secretos, que son un estilo de vida activo, una nutrición adecuada, la comunicación con sus seres queridos. El caso es que en la isla, donde se trata con mucho respeto a los mayores, vive un gran número de personas mayores de 80 y 90 años. Una vez cada dos años se lleva a cabo un interesante festival en el que se felicita públicamente a los centenarios y se les entregan obsequios.
Todos podrán subir a la cima de la montaña por una escalera de diez mil escalones. La colina ofrece impresionantes vistas de la selva tropical y la estatua gigante de la diosa. En el Valle de la Longevidad, los turistas se encuentran con una composición escultórica formada por tres tortugas, que simbolizan la felicidad familiar con hijos y nietos, el respeto por la vejez y la paz.
Templo en honor a la diosa de la misericordia
El colorido centro del budismo de Nanshan, inaugurado hace 18 años, es famoso por su lujoso templo, donde está instalada una estatua dorada de la diosa de la misericordia de ocho brazos. Habiendo alcanzado la perfección, el cariñoso y compasivo Guanyin, que no quería entrar en el nirvana, rogó a los dioses por la felicidad de las personas y las salvó de varios desastres y problemas.
La alta estatua de la diosa está hecha de 140 kg de oro puro e incrustada con piedras preciosas, cuyo peso total supera los 400 quilates. Para los creyentes, la reliquia principal es un trozo de las cenizas del mismo Buda, almacenadas dentro de la estatua. Las paredes del templo están llenas de pequeñas celdas, donde miniaturaimágenes de la diosa dejadas por turistas y creyentes. Por cierto, cada visitante podrá adquirir una figura, en cuya placa se grabará su nombre, sin embargo, no podrá llevársela, ya que una copia deberá permanecer en el templo.
Junto a la estructura hay un gigantesco cántaro tallado en piedra lleno de agua de lluvia. En su base hay un recipiente en el que nadan los peces de colores, y los turistas están felices de alimentarlos con arroz. Una vieja leyenda dice que el agua saldrá del recipiente y limpiará la tierra solo cuando terminen todas las guerras en el mundo. Los budistas creen que ese día llegará pronto.
Estatua de Guanyin en una isla artificial
El punto final de la ruta es una isla artificial, en el centro de la cual se encuentra una estatua de bronce de la diosa. Dos de sus rostros miran al Mar de China Meridional y uno se vuelve hacia las personas. La altura de la escultura de Guanyin es de 108 metros (este número se considera sagrado en China).
Los creyentes que vinieron de diferentes partes del mundo a Nanshan, el centro del budismo, tocan los pétalos de loto dorados sobre los que descansa la gran diosa. A los pies de la estatua, que pesa 2.600 toneladas, hay un elegante templo con gradas especiales donde se colocan cintas rojas con deseos.
Nanshan Buddhism Center: cómo llegar
Aquellos que quieran visitar una atracción local por su cuenta primero deben llegar a la ciudad de Sanya. Puede llegar desde Moscú al resort con transferencias y el vuelooperado desde el aeropuerto de Sheremetyevo.
Además, para llegar al Templo de Nanshan, abierto de 8:00 a 18:00, no es difícil: los autobuses número 25 y 29 pasan por el centro de turismo internacional, que te llevarán a la última parada en un hora - el complejo budista más grande de Asia.
También puedes contratar una visita guiada, cuyo precio (unos 65 euros) incluye: traslado de ida y vuelta, paseo guiado y entradas para coche eléctrico.
Reseñas de visitantes
Los turistas que visitaron el templo admiten que sintieron una oleada de fuerza y se limpiaron de negatividad. Un recorrido por el centro budista es un viaje a la historia y la cultura de China. Aquí todo el mundo está imbuido del interés por una filosofía que predica la paz y el respeto por el hombre. Una visita a un lugar sagrado que da paz y tranquilidad sana el alma, y después de un viaje fascinante se vuelve sorprendentemente ligero y alegre en el corazón.