Cerca de la ciudad portuguesa de Santa Cruz se encuentra uno de los puertos aéreos más inusuales de nuestro planeta: el aeropuerto de Funchal. Madeira y Santa Catarina son otros nombres más conocidos. Entró en funcionamiento el 8 de julio de 1964 y actualmente es propiedad de la estatal ANA. En promedio, maneja un poco más de dos millones de pasajeros al año. Esta terminal no es ni la más concurrida ni la más cómoda de Europa. Su singularidad radica en su pasarela "suspendida", que es una de las más singulares del mundo.
Dificultad para aterrizar
Debido a sus pistas cortas (1600 metros cada una), durante mucho tiempo el aeropuerto de Madeira (Portugal) se consideró muy difícil incluso para pilotos experimentados. Además, la situación se vio agravada por las condiciones climáticas, ya que se produjeron fuertes corrientes turbulentas cuando se mezclaron los vientos secos de la montaña y los húmedos del mar. Antes de aterrizar, el avión tuvo que dirigirse a las montañas y, en el último momento, cambiar la dirección del vuelo y girar hacia la pista.
Tragedia
Muchos turistas preferían viajar a través de estas puertas aéreas debido a su bajo costo. El caso es que el coste de los billetes de los vuelos que seguían a otros aeropuertos de Portugal era mucho más elevado. Sea como fuere, el funcionamiento de la terminal en condiciones tan extremas no podía sino terminar trágicamente. El 19 de noviembre de 1977, el transatlántico Boeing 727, que volaba desde Bruselas, no se detuvo dentro de la pista debido a una fuerte lluvia con viento y poca visibilidad y se estrelló desde una altura de 70 metros contra un acantilado. El desastre resultó en la muerte de 131 personas.
Reconstrucción
Después de la tragedia, nadie tenía dudas de que el aeropuerto de Madeira, o más bien su pista, necesitaba una reconstrucción urgente. Los trabajos de mejora comenzaron de inmediato. Duraron unos ocho años. Los diseñadores tomaron la audaz decisión de aumentar su longitud a expensas de la playa. Como resultado de la modernización, el puerto aéreo recibió una pista, cuya longitud total fue de 2777 metros. Su parte principal está ubicada en el suelo y el resto, en 180 pilares de hormigón armado, cada uno de los cuales tiene un diámetro de tres metros. La altura de algunos de estos pilares sobre el nivel del mar alcanza los 50 metros. Desde entonces, el aeropuerto de Madeira no solo se ha vuelto mucho más seguro. Gracias a esta solución revolucionaria, su rendimiento ha aumentado. En otras palabras, ahora muchos más aviones despegan y aterrizan aquí.
Cómo llegar
El aeropuerto de Madeira se encuentra a 24 kilómetros de Funchal, la principal ciudad de la isla. La forma más fácil y económica de llegar es el Aerobús, que sale cada 30 minutos. Se tarda la misma cantidad de tiempo en llegar al centro. El precio de la entrada aquí es de 5 euros. Debido al hecho de que la región es turística, no habrá problemas para solicitar un traslado directamente al hotel. No se olvide de un taxi, la opción más cómoda. Para este placer, tendrás que pagar unos 30 euros, y el tiempo de viaje no será más de 20 minutos.
Algunas características
El aeropuerto, aunque no es grande, es limpio y cómodo, por lo que es muy agradable estar aquí. Solo hay una terminal y varios mostradores de facturación. Como muchos otros aeropuertos, hay muchas tiendas, cafeterías y restaurantes en su territorio. Los precios locales no son demasiado altos, por lo que los visitantes estarán satisfechos. Junto con esto, no se puede dejar de notar el hecho de que los portugueses son personas muy lentas, por lo que puedes esperar en la cola aquí durante bastante tiempo. Entre otras cosas, el aeropuerto de Madeira es uno de los pocos puertos aéreos del mundo que puede presumir de tener un balcón. Al mismo tiempo, cualquiera puede ver los aviones desde él, sin importar si tiene boleto o no.
Premios
Un proyecto único de extensión de pista fue reconocido por la Asociación Internacional de Edificios, Puentes yestructuras Como resultado, en 2004, el aeropuerto se convirtió en el ganador de la nominación "La estructura de edificio más destacada". Cabe señalar que en Portugal este premio se considera una especie de "Oscar" en el campo de las estructuras. Sea como fuere, el principal logro del que se jacta Madeira es la seguridad de los vuelos.